16 de octubre de 2012

Conferencia Ecuménica global: Hacia una economía justa

Entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre, la ciudad de São Paulo (Brasil) acogió la Conferencia Ecuménica Global sobre una Nueva Arquitectura Económica, que reunió a unos sesenta delegados de diferentes iglesias y organismos, teólogos, especialistas en distintas ciencias sociales y personas comprometidas en el esfuerzo común por el fin de la pobreza. La Conferencia fue convocada por iniciativa de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), en colaboración con el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Consejo para la Misión Mundial (CMM).


Al final del encuentro se dio a conocer un documento que contiene un llamamiento enérgico a frenar el consumo excesivo y la codicia, como claves para una distribución más equitativa de los recursos mundiales, y da voz a la exigencia de avanzar hacia un nuevo sistema financiero más justo y más humano. El texto íntegro del documento final puede leerse aquí [inglés, enlace externo].

A continuación reproducimos el comunicado de prensa final, con un breve resumen de la Asamblea.



Teólogos y economistas exigen nuevo sistema financiero que ponga freno a la codicia


9.10.12 [Publicado conjuntamente por el CMI, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y el Consejo para la Misión.]

Los teólogos, economistas y demás personas que abogan por el fin de la pobreza se reunieron en Brasil para elaborar los principios de un nuevo sistema económico global. Del encuentro emergió un documento en el que se mencionan el consumo excesivo y la codicia como factores claves a considerar en la búsqueda de una distribución más justa de los recursos mundiales.

La declaración se dio a conocer el viernes en el cierre de la Conferencia Ecuménica Global sobre una Nueva Arquitectura Económica que se llevó a cabo en Guarulhos, en las afueras de São Paulo.

La conferencia que organizó la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) en colaboración con el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Consejo para la Misión Mundial (CMM) reunió a sesenta delegados desde 29 de septiembre hasta 5 de octubre.

La inclusión social, la justicia de género, el cuidado del medio ambiente y las acciones concretas para superar la codicia fueron mencionadas como pautas concretas para una nueva arquitectura económica y financiera.

“Los gobiernos y entidades internacionales deberían reemplazar el crecimiento PBI como indicador principal del progreso de la economía por otros, como el aumento del trabajo decente, la calidad y cantidad de salud y educación y las medidas orientadas a la sustentabilidad ambiental”, afirma el documento.

La declaración recomienda una serie de acciones, entre ellas la formación de una escuela ecuménica de gobernación, economía y gestión y el establecimiento de una comisión global impulsada por el movimiento ecuménico para avanzar con el trabajo de la Comisión de Expertos en Reformas del Sistema Monetario y Financiero internacional, presidido por Joseph Stiglitz.

Entre las iniciativas propuestas está afirmar los derechos de comunicación para fomentar el fortalecimiento de las comunidades para el desarrollo de alternativas a las actuales estructuras económicas y financieras.

Omega Bula de la Iglesia Unida de Canadá, que coordinó el grupo encargado de hacer el borrador, señala que la importancia de la declaración es que propone alternativas claras a los modelos existentes.

“Es fundamental tener algo con qué trabajar”, dijo. “Muchas veces nos desafían cuando nos quedamos en la crítica y nos preguntan qué pensamos que se debería hacer. Por eso, esta reunión es muy importante, porque proporciona estas alternativas”.

“Las propuestas más significativas, que el panel ecuménico deberá seguir de cerca, incluyen [...] reemplazar al Fondo Monetario Internacional con una nueva Organización Monetaria Internacional (IMO) democrática y una reserva internacional de moneda alternativa”, afirma Rogate Mshana, que lidera el programa del Consejo Mundial de Iglesias sobre Pobreza, Riqueza y Ecología.

El secretario general del CMM, Colin Cowan, destacó la diversidad de disciplinas presentes en la conferencia y el consenso al que se llegó. “Los resultados de esta conferencia sugieren que tenemos la buena voluntad y la audacia suficientes para participar en un proceso que enmiende los errores de una sociedad que enloqueció a raíz de la injusticia en la economía y en la tierra”.

Walter Altmann, moderador del comité central del CMI agregó: “Existe esta afinidad entre los individuos y las iglesias del Sur y del Norte precisamente porque la crisis financiera demostró una dinámica que afectó fuertemente la vida de las personas en todas partes”.

Pamela Brubaker, profesora emérita de religión en la Universidad Luterana de California, se siente inspirada por el documento final. “Tenemos un documento profético profundamente arraigado en nuestra concepción ecuménica de la fe cristiana. Hemos reunido todas nuestras perspectivas en pos de una economía de vida para todos”, señala.

“Quisiera considerar este día como el principio de una nueva era de acción”, declaró Setri Nyomi, secretario general de la CMIR, en el cierre de la conferencia. “Espero que el compromiso que logramos sea el primer paso hacia una economía que esté al servicio de la vida y que no sea la que el mundo ha utilizado hasta ahora”, agregó.



Ver también:
Comunicado de prensa 1 [enlace externo]
Comunicado de prensa 2 [enlace externo]



Ilustración: En la cena ecológica del Reino, de Maximino Cerezo Barredo